Un viaje de risas, crecimiento y alegría junto a nuestros estudiantes en el Centro Educativo.
Desde el momento en que los estudiantes suben al autobús del Centro Educativo de la Fundación Delia Morán Vidanta, alrededor de las 2:00 p.m., coloridos adornos los reciben para transportarlos a un mundo de risas, desafíos, aprendizaje y crecimiento.
Una fila de entusiastas maestros les espera para intercambiar sonrisas y un choque de manos. Esto marca la pauta para una tarde llena de actividades diversas enfocadas a estimular tanto la mente como el cuerpo en un ambiente amable y afectuoso. El objetivo de la Fundación no solo es la educación; también es inspirar felicidad y seguridad para crecer apreciando cada momento de la vida.
“Después de cambiar su ropa por uniformes cómodos, nuestras activaciones diarias son más que calentamientos. Son oportunidades para que los estudiantes se sumerjan en el presente, perfeccionen sus habilidades y se preparen para el tiempo que estarán en el Centro”, explica Janim Camacho Canto, Supervisora de Calidad Académica. “Ya sea desafiar su agilidad, concentración o habilidades deportivas, cada actividad es un juego que genera diversión y entusiasmo”.
La hora de la merienda no es solo un descanso: ¡es una aventura culinaria! “Nuestro equipo de cocina y el área de Nutrición preparan comida deliciosa. Incluso los alumnos más exigentes, se animan a probar cosas nuevas mientras intercambian estampas coleccionables para hacer de la hora de comida un delicioso desafío”, añade Camacho.
Si pregunta a los estudiantes sobre sus actividades favoritas, recibirá respuestas entusiastas como “¡Todas!”. Desde jazz hasta lecciones de computación, básquetbol y guitarra, pasando por malabares y matemáticas, cada clase impartida ofrece una oportunidad única de desarrollo y exploración. El fútbol y la natación ciertamente son de las actividades predilectas, sin olvidar el tiempo en el patio durante el recreo, donde las risas resuenan y las amistades se fortalecen.
A los estudiantes les gustan los eventos temáticos, las celebraciones navideñas y las actividades que enaltecen tanto la cultura mexicana como la de países de habla inglesa, un testimonio de su fascinación por el mundo que los rodea.
El equilibrio es clave en la Fundación Delia Morán Vidanta. Con cuatro materias diarias, el Centro garantiza que los estudiantes experimenten una educación holística con amplias oportunidades para relajarse y recargar energías mediante el juego, ejercicios de relajación e incluso aromaterapia.
En sus propias palabras, los estudiantes comparten significativos momentos de diversión, desde grandes saltos hasta juegos improvisados de escondite. Cada anécdota nos recuerda los placeres simples y las conexiones genuinas que definen la infancia.
“Una vez, Kendra corrió tan rápido que se saltó la acera y cayó entre los arbustos. Nos apresuramos a ayudarla a levantarse, ¡pero no podíamos dejar de reír!”. – Gala, Aula E Azul.
A las 6:30 p.m., los alegres estudiantes abordan el autobús de regreso a casa llenos de historias, aventuras y triunfos, deseosos de compartirlo con sus seres queridos. Mientras tanto, en el Centro permanece la enorme sensación de logro y gratitud; los colaboradores entusiastas se preparan para volver a dar lo mejor de sí al día siguiente.
Si usted desea donar a la Fundación, por favor escriba a contacto@fundaciondeliamoran.org o contacte a su Concierge durante su visita a Vidanta.